De vuelta y vuelta…
De nuevo me encuentro tras esta pantalla y algunas teclas para poder estar un poquito mas cerca de ustedes.
Empezamos la semana. Si de por sí tenemos cierto “pavor” a este maravilloso día, por el mero hecho de continuarle al domingo, hoy nuestro lunes, le sigue al domingo de “resurrección” y eso es ¡bastante mas costoso!
La Semana Santa da para mucho y entre otras cosas, de qué hablar , siempre da un rato…
Yo he aprovechado los días para pegarme una “escapada” muy cerquita de España pero lo suficientemente lejos como para desconectar y entretenerme al son del Mar.
En varias ocasiones, he confesado mi santa devoción por Portugal, tanto por trabajo como por ocio y disfrute, es un país que siempre me ha dado muy buena energía.
Tan cerca y tan lejos, sus costumbres, su idioma, su gente, sus paisajes. Tengo mil y un motivos por el que adorar a Portugal.
Por esto, quise sacar algunas fotografías para compartirlas con ustedes y mostrarles que no hace falta hacer grandes planes para “darse un respiro” y recuperar energías.
Si algo me gusta de las vacaciones es disfrutar, olvidarme de la rutina, de los horarios, disfrutar de los caprichos y antojos, sacar mis hobbies al aire libre… Si nos vamos de vacaciones, NOS VAMOS.
El nuevo plan “detox” debería barajar la posibilidad de dar unas pautas, antes de añadir los beneficios de los jugos verdes, el agua con limón y las sopas depurativas. Algo así como :
- Lavarte la cara antes de publicar los buenos días en instagram.
- No chequear emails en ayunas.
- Prepararte un juguito antes de “golisniar” en twitter.
- Abrir las ventanas, airear y empezar la mañana sabiendo como está TU DIA.
Nos hospedábamos en un pequeño hotel donde los dueños ( dos parejas ) hacían y deshacían todo el tinglado.
¡Asi son los portugueses!
Empezabamos la mañana con un gran desayuno que olía a pan tostado, café recién hecho y “queque” ( bizcocho) casero. Nada de embutidos gourmet ni panes con semillas. Según nos veían aparecer, la señora nos cortaba el pan blanco, lo tostaba y nos traía todo recién salido del horno. Por una semana cambié mis rituales por lo que todos conocemos por un desayuno de lo mas tradicional, y ¡ no saben como me sentó !
El siguiente paso, la playa . Una carrerita, un bañito en el mar con el agüita bien fría…un paseo o simplemente descansar, hasta la hora de comer…
La playa da hambre o eso solemos decir… no sabemos si por la excusa de estar relajados y tener ese apetito constante o porque a un@ le gusta mucho comer y de vacaciones todo sienta de maravilla !
Los chiringuitos de playa es lo que tienen y lo sorprendente de este lugar, es poder comer ricas ensaladas, sopas del día ( cada bar o restaurante suelen tener una sopa o “puré” del día, a base de verduras o legumbres, muy típico allí ) , sandwiches para todos los gustos y hamburguesas desde la mas carnívora hasta su versión vegetariana.
Las tardes eran de descanso libre 
y las noches de vino y rumbas gastronómicas.
Platos típicos en portugal como el “Polvo o Bacalhau a Lágareiro* ” ( pulpo o bacalao, al estilo del hombre que trabaja en la almazara ) de ahí sus grandes cantidades de aceite Oliva en el plato 
Por la cocción sería algo así como a la parrilla o brasa. ¡ Buenísimo !
Otra noche, nos dio por innovar y nos metimos en un lugar bastante curioso. Una mezcla de chill out tipo “surfer rule” desenfadado y a media luz.
Una mezcla entre italiano, peruano, portugués o lo que hoy llaman “cocina fusión” .
La elección de la noche fue ” Causa rellena de tartar de atún y aguacate “, muy peruano, con degustación de aperitivos del chef
Y para acabar, no podía faltar el plato estrella “Arroz tamboril” ( arroz con rape ) . Como ven no se andan con tonterías y esa olla es para dos. Y si, no dejamos ni para el postre
Con esta cara regresé a la capital…..
Si tienen oportunidad, cojan el coche, metan tres trapos y aventurense… toda la “costa portuguesa” es un tesoro digno de explorar de Norte a Sur.
Bueno, bonito y barato
¡¡¡ un beso enorme a tod@s !!!